HEPABYL VITAL 60 CÁPSULAS AURAVITALIS
La alcachofa es gran regulador del intestino; desinfecta el colon y con su efecto astringente, la diarrea se corta. La alcachofa purifica la sangre, por lo tanto, produce muy buenos resultados en el tratamiento de las hemorroides, ya que estas vienen por la congestión de las venas interiores del recto de sangre sucia.
Está indicada en el tratamiento sintomático de los trastornos digestivos, dispépticos:
- Hinchazón epigástrica
- Náuseas
- Aerofagia
- Flatulencias.
La alcachofa ha demostrado una acción anticolesterolémica, reduciendo la síntesis de colesterol en el hígado y movilizando las grasas del hígado y del tejido adiposo. También reduce los niveles elevados de triglicéridos y reduce los síntomas del síndrome del colon irritable y de la dispepsia. Aceite de boldo estimula la salida de la bilis desde la vesícula, favorece la digestión porque estimula además las glándulas salivales y gástricas, es analgésico y quita las infecciones de orina y aumenta la producción de orina. Se usa con éxito en los cálculos biliares, en la insuficiencia hepática, en los cólicos biliares y cuando existe infección en la vesícula.
Entre los alcaloides que contiene el boldo, se destaca la boldina, que estimula la producción de jugos gástricos y de bilis, aumenta la secreción de urea y ácido úrico. También tiene propiedades sedantes sobre el sistema nervioso. Aceite diente de León las sustancias contenidas en esta planta estimulan la actividad del estómago, así como el hígado y la bilis, provocando una elevada diuresis y ayuda al organismo para eliminar, a través de la orina, los productos tóxicos del metabolismo. El Diente de león puede ser utilizado con éxito en los casos de gastritis, dispepsia, dischinesis biliar y para prevenir la formación de cálculos renales. El efecto diurético también ayuda a eliminar los cálculos renales. El Propóleo favorece al organismo interna y externamente, dadas las variadas propiedades que posee en su composición y en la creación de anticuerpos.
Los beneficios del propóleo abarcan a todo nuestro organismo, desde nuestro aparato circulatorio, digestivo, respiratorio. Entrega propiedades que coadyuvan estimulando el sistema inmune, previniendo y tratando problemas como: catarros, gripe, resfríos, laringitis, bronquitis, asma bronquial, dada su composición donde posee propiedades bacteriostáticas, bactericidas y fúngicas, anestésicas, cicatrizantes, antirreumáticas y antibióticas. La vitamina E constituye un conjunto de componentes liposolubles diferentes divididos en dos grupos. El grupo que más destaca es el de los tocoferoles, que tienen cuatro miembros: alfa tocoferol, beta tocoferol, gamma tocoferol y delta tocoferol, siendo el primero el más conocido y el que parece tener un carácter más activo.
A la vitamina E se la considera la vitamina del corazón, dado que es preciso tener las necesidades de esta vitamina cubiertas para tener un corazón saludable. La razón se encuentra en su capacidad de protección de las membranas de las células a las que impide que los radicales libres las oxiden, lo cual llevaría a una degradación del cuerpo humano, especialmente a la aparición de enfermedades cardíacas o posibles cánceres. Es una vitamina, que junto con la vitamina A y C, forma el grupo de las vitaminas antioxidantes.